hombre con insuficiencia renal

La insuficiencia renal crónica es un fallo permanente del funcionamiento de los riñones. Los riñones son dos órganos que tienen el tamaño de un puño y están situados en la espalda, encima de la cintura, a cada lado de la columna y protegidos por las costillas.

Su función principal es limpiar la sangre. Hablamos de insuficiencia renal cuando los riñones no funcionan con normalidad, no eliminan los residuos y los líquidos sobrantes del cuerpo, y éstos se acumulan en la sangre y en el cuerpo.

Otra consecuencia de la insuficiencia renal es que los riñones dejan de producir hormonas suficientes, lo que causa anemia crónica, y los huesos pueden perder calcio.

¿Por qué puede ser causada la insuficiencia renal?

La insuficiencia renal crónica puede ser causada por diversas enfermedades, como la diabetes, la hipertensión, las glomerulonefritis, algunas infecciones, algunos medicamentos, por enfermedades hereditarias.

En algunos casos, se desconoce la causa. Una vez detectada la enfermedad renal, el médico intentará determinar la causa y averiguar si ésta puede ser tratada. En cualquier caso, el objetivo es retrasar el avance de la enfermedad.

Si la insuficiencia renal empeora, existen dos tratamientos posibles: la diálisis y el trasplante de riñón. Antes de llegar a estos tratamientos, es posible que tu medico te prescriba antibióticos en presentación de Aurax tabletas para mejorar tu salud.

¿Qué puedes hacer?

Acude al médico si eres diabético, hipertenso o tiene familiares con enfermedad renal ya que tienes posibilidades de padecer una enfermedad renal. O sigue todas las indicaciones para el correcto control de los niveles de glucosa en la sangre.

Igualmente, para controlar tu presión arterial. Evita tomar medicamentos por tu cuenta. Son especialmente peligrosos:

– Los antiinflamatorios (se administran para el dolor, la fiebre o el resfriado).

– Los antiácidos y laxantes con magnesio, salvo en casos en los que te los receten y controle el médico. O sólo si tu médico lo autoriza, toma complementos dietéticos o vitaminas. O controla la dieta.

La dieta no cura tu enfermedad, pero puede ayudarte a sentirte mejor.

– Una dieta pobre en proteínas ayuda a tus riñones y puede reducir algunos síntomas: náuseas, fatiga, hipertensión, problemas para conciliar el sueño.

– Come con poca sal o sin sal si tu médico así te lo dice.

– Vigila el exceso de alimentos grasos o con colesterol. – En las fases avanzadas de la enfermedad debes vigilar el aporte de agua y sal.

– Ten cuidado con los alimentos ricos en potasio (frutas, verduras, patatas, etc.). O No fumes. El tabaco acelera la progresión de la enfermedad renal.

O En caso de infección de orina, completa los días de tratamiento que tu médico te indique. Si no mejora en 48 horas, debes informarle.

¿Cuándo consultar al médico de familia?

Si observas algún cambio en el color, frecuencia o la cantidad de tu orina.

Si aumenta la fatiga o aparece hinchazón de los pies, las manos o la cara.

Cada vez que te prescriban un nuevo tratamiento, para que tu médico compruebe si es adecuado o si hace falta ajustar la dosis.

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